A mi manera…

¡Si! acepta mis decisiones y respeta mis acciones. Me gustaría poder hablar abiertamente de cómo quiero que me cuiden. Todos tenéis miedo de hablar abiertamente. Uno dice: “papá quiere esto, otros que ¡quiero lo otro!”.

Me acabáis demostrando un gran despiste y pienso que cualquier parecido con la realidad es PURA casualidad. Os hacéis una idea, pero claro, el responsable en el fondo soy yo, por no haberlo dicho o dejado por escrito, o hablado en las reuniones familiares.

Considero que es viable y que deberíamos agotar estas vías. Quiero quedarme en casa con mis cosas y que venga una cuidadora, si mi salud me lo permite y si no estoy en situación de asistencia sanitaria 24 horas. Cosa que no estaré por muy encamado que me veáis, ya me encargaré de ello. O quiero volver al pueblo. Ya sé que ahí no hay apenas nadie y que “si me pasa algo…”. Ahora me aburre soberanamente la idea de ir a un hogar del pensionista. No pego nada ahí.

Tampoco quiero ir a un centro de día, rodeado de viejos mayores que yo. Pero aún tengo ganas de hacer algo, aunque sea sentirme útil y capaz y encontrar un lugar donde rodearme de confianza y que no se rían de mí. No quiero alimentar mi “disminución” de capacidades. Por cierto, ya he hablado con el Dr Pérez de posibles tratamientos y estudios. Por ahora la DUE del centro de salud se puede hacer cargo de las revisiones obligatorias.

Tranquilidad, hijos. Aún soy persona pensante, aunque parezca que mis ideas se esfuman lentamente y que se me escapan como un globo del cordel.

Podemos hablar. Y os contaré mis decisiones. Mi historia, a mi manera.

Paulino J.M.

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