historia de vida en Kalevi

La vi y me enamoré.

El día que me casé estaba yo tan nervioso que temblaba como una vara verde. Porque para mí ella era lo que más me hubiera dado pena perder y en el fondo aún no me lo creía del todo. La rubia se casa conmigo, conmigo, el que acaba de venir del pueblo.

Pues sí, la vi y me enamoré. De la rubia que pidió un vaso de vino en la barra (para guisar dijo, que se lo llevo a mi madre), encima maestra y yo ¿Cómo conquisto a una maestra si no sé ni escribir? que yo vine del pueblo con 4 reglas nada más. Entonces me acordé de mi amigo Joaquín – el que se salió de cantar misa por enfadarse a última hora con el párroco, al que según decía, le faltaba moral- pues eso, pensé en él para que me pasara a limpio lo que quería escribirle a mi enamorada para la primera cita. Y lo puso fenómeno, con puntos y comas ¡Ay! que guapa era la rubia, hasta el día de hoy. Ella me decía que le gustaban mis ojos azules, que entonces hacían efecto, pero ahora ¡son pijarrosos!. Esto es una parte de mi historia. Hoy nos seguimos queriendo y yo tengo la suerte de que sigue aún conmigo. Esto lo conservo en mi memoria como paño en oro, esto no desaparecerá, ¡como que me llamo Pedro José!

Pedro José JL.

Mayo 2019.

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